Con la llegada del frío, muchos hogares revisan sus calderas por si es necesario actualizarlas, repararlas o incluso cambiarlas, por lo que es un buen momento para plantearse si la caldera que usas es la más adecuada para tu hogar y para tus necesidades.
Por lo general, en el mercado encontramos calderas de gas y de electricidad y, para determinar cuál es la ideal para ti, para tu bolsillo y tu hogar, tendrás que contemplar varios factores. ¿Quieres saber qué es lo que debes tener en cuenta para elegir la mejor manera de calentar tu casa? Sigue leyendo.
Caldera de gas y caldera eléctrica: cómo funcionan y en qué se diferencian
En este punto quizá te preguntes cuál de las dos alternativas es la mejor o la más económica, sin embargo, no hay una respuesta definitiva: ninguna es mejor que la otra, todo depende de una serie de aspectos que enumeraremos a continuación.
En cualquier caso, antes de decidirte por cualquiera de las dos, es importante saber cómo funcionan y en qué se diferencian.
Caldera eléctrica
Las calderas eléctricas calientan el agua del circuito de radiadores que calienta el hogar mediante unas resistencias, las cuales adquieren calor gracias a la electricidad. Por lo tanto, básicamente emplean electricidad para calentar los hogares.
Caldera de gas
Las calderas de gas utilizan el gas como combustible para calentar el agua que contienen. En consecuencia, como las calderas utilizan gas, deben poder tener acceso a suministro de gas natural para su funcionamiento.
Diferencias entre ambos tipos de calderas
La principal diferencia entre las calderas de gas y las eléctricas es evidente: la primera emplea gas para calentar agua, mientras que la segunda necesita de electricidad.
Esta diferencia, aunque parezca pequeña o un mero aspecto técnico, puede resultar determinante a la hora de escoger una caldera, puesto que, si no tienes acceso a un suministro de gas canalizado —y no quieres complicarte con bombonas—, puede que no te quede más remedio que instalar una caldera eléctrica.
Ventajas e inconvenientes de las calderas de gas y de electricidad
A continuación, resumimos las principales ventajas e inconvenientes de los dos tipos de calderas más comunes en el mercado.
Caldera eléctrica: ventajas e inconvenientes
Las principales ventajas de las calderas eléctricas son las siguientes:
- Instalación económica: no hay que hacer obra para instalarla, por lo que la inversión para instalar una caldera eléctrica es baja, en comparación con el gas.
- Solo necesitan que haya acceso a la red eléctrica para poder funcionar.
- Requieren menos mantenimiento que una caldera de gas.
- Se pueden considerar más seguras, ya que se elimina el riesgo de posibles fugas de gas de las calderas de gas convencionales.
Las calderas eléctricas parece que no presentan más que ventajas, sin embargo, tienen un gran inconveniente: consumen mucha electricidad, por lo que es posible que debas aumentar la potencia eléctrica de tu hogar y, como bien ya sabrás, la factura de la luz sale mucho más cara que la de gas.
Caldera de gas: ventajas e inconvenientes
Las calderas de gas ofrecen las siguientes ventajas a sus usuarios:
- El gas es más barato que la electricidad.
- Resultan mucho más eficientes, sobre todo en lugares con climas muy fríos.
Por otra parte, presentan los siguientes inconvenientes:
- La instalación es muy compleja y requiere mucho mantenimiento.
- El suministro de gas no llega a ciertas áreas, en concreto, zonas aisladas o rurales.
¿Qué hay que tener en cuenta para elegir entre una caldera de gas y eléctrica?
A la hora de decantarte por una u otra, además de cerciorarte de si tienes acceso a suministro de gas en tu hogar, debes tener en cuenta otros aspectos:
- El clima y el tamaño de la vivienda: en general, se recomienda utilizar calderas de gas en viviendas grandes y en lugares con climas fríos, ya que son muy eficientes. Por su parte, las calderas eléctricas son más adecuadas para climas más cálidos o viviendas pequeñas, esto es, en lugares en los que no se vaya a hacer un uso intensivo de la caldera.
- Valora el aspecto económico: si bien es cierto que instalar una caldera de gas es más caro —sobre todo si no tienes una instalación previa en casa—, quizá te salga rentable a largo plazo si vas a utilizarla mucho o si vives en un lugar frío, ya que, como hemos mencionado, aunque la instalación de las calderas eléctricas sea mucho más económica, la luz es mucho más cara que el gas, por lo que puede que acabes pagando más.
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