Qué es una pensión no contributiva y cómo solicitarla

El objetivo de las pensiones es que las personas puedan afrontar los compromisos económicos mínimos para llevar una vida digna una vez llega el momento de su jubilación o si se encuentran en una urgencia económica. Para ello hay varios tipos de pensiones, cuya cuantía está determinada por su necesidad y el periodo de cotización a la Seguridad Social del beneficiario. La pensión contributiva está destinada a aquellas personas que no han podido cotizar el mínimo para recibir una prestación.

¿Qué es una pensión no contributiva?

La pensión no contributiva es la que se ofrece a personas que, por cualquier motivo, necesitan una prestación por encontrarse en un estado de necesidad, pero no han cotizado nunca al Sistema o no lo han hecho el tiempo suficiente para tener derecho a una pensión contributiva.

Es una pensión que se reconoce en España desde 1990 y que no solo se encarga de ofrecer una cantidad de dinero que permita a estas personas vivir dignamente, sino que también garantiza atención médico-farmacéutica gratuita y algunos servicios complementarios.

Así, y en función de la causa que provoca la necesidad, existen dos tipos de pensiones no contributiva: las de invalidez y las de jubilación.

¿Cómo acceder a una pensión no contributiva?

Para recibir el certificado de pensión no contributiva, tanto si es por invalidez como si es por jubilación, existe el requisito de carecer de ingresos suficientes, lo que se traduce en ingresos anuales inferiores a 5.164 euros.

Sin embargo, si la renta anual es inferior a esta cantidad pero la persona convive en el mismo domicilio con algún familiar, solo se podrá percibir una pensión no contributiva si la suma de todas las rentas anuales de todas las personas es inferior a ciertas cantidades establecidas, que oscilan entre los 8.779 euros en el caso de dos convivientes si se convive con el cónyuge o parientes consanguíneos de segundo grado, o 40.025 euros si hay cuatro o más convivientes y si entre los parientes consanguíneos con los que se vive se encuentra alguno de los padres o hijos.

Además, para recibir esta pensión en el caso de jubilación, la persona debe tener más de 65 años y residir en territorio español o haberlo hecho durante 10 años a partir de los 16 años, siendo dos consecutivos e inmediatamente anteriores a la solicitud de la pensión.

En el caso de la pensión no contributiva de invalidez, la persona debe tener entre 18 y 65 años, residir en España y haberlo hecho durante un periodo de cinco años, de los cuales dos, han de ser consecutivos e inmediatamente anteriores a la fecha de la solicitud, y tener un grado de discapacidad igual o superior al 65%.

¿Cuál es la pensión mínima no contributiva?

La cuantía de la pensión no contributiva se calcula según la renta personal o la suma de las rentas de la Unidad Económica de Convivencia, aunque siempre oscila entre los 5.164 euros anuales de máxima a los 1.291 euros anuales de mínima. Eso se traduce en una cuantía entre los 92 y los 368 euros mensuales.

Dónde solicitar la pensión no contributiva

Aunque las pensiones no contributivas son iguales en todo el territorio nacional, su gestión es competencia de las Comunidades Autónomas y el Imserso en el caso de las ciudades autónomas de Ceuta o Melilla.

Si te estás preguntando cómo solicitar una pensión no contributiva, debes saber que el procedimiento es muy sencillo. El impreso se puede pedir y presentar en las oficinas de los Servicios Sociales de las Comunidades Autónomas, en las del Imserso o en cualquier otra de la Seguridad Social, o bien por correo.

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