Los menús baratos pueden ser la clave para llevar una alimentación sana a la par que económica. Muchas veces pensamos que comer sano es más caro, pero esto no tiene por qué ser así. A continuación, te proponemos ejemplos para comer más sano.
Menús baratos y sanos para ahorrar
En primer lugar queremos dejar claro que la proteína animal es más cara por lo general, y en particular el pescado de calidad, pero a su vez es una gran opción para comer más saludable. Pero, por otro lado, podemos considerar la proteína contenida en las legumbres, que también es muy saludable y tiene una gran variedad de aminoácidos, además de ser más barata.
Otra recomendación básica para conseguir ahorrar sin renunciar a la salud es consumir fruta y verdura de temporada. Además de resultar más económico, supone una ventaja sobre el medio ambiente, pues reduce tu huella ecológica y necesita de menos recurso, especialmente si son productos de cercanía.
Teniendo en cuenta estos dos consejos, vamos a proponerte un menú barato y saludable. En él hablaremos de diferentes variantes, de manera que podrás crear muchas combinaciones diferentes en función de la época del año.
Menús baratos para cada día
A continuación te comentamos varias posibilidades para el desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena, que podrás combinar para conseguir menús a buen precio:
– En el desayuno: fruta, cereal integral y lácteo. Las frutas podrán escogerse de las siguientes: 8 fresas, 2 mandarinas, 1 manzana, 1 plátano, 1 sexta parte de una piña, 1 cuarto de papaya o mango, o un puñado abundante de frutos del bosque. El lácteo podrá ser un vaso de leche, un yogur natural o bien kéfir. El cereal podrá variar entre avena, quinoa inflada, copos de maíz sin procesar o un poco de muesli.
– En el almuerzo se incluirá una pieza de fruta (plátano, manzana, pera) o un puñado de frutos secos (nueces, pistachos, almendras o avellanas). La idea es alternar un día cada opción.
– En la comida hay que incluir verduras (mitad del plato), un cuarto de cereal y un cuarto de proteína. Las verduras podrán ser brócoli, coliflor, espinacas, una ensalada o un mix salteado. El cereal, arroz, pasta integral o quinoa, y la proteína será una pieza de pescado blanco (2 o 3 veces por semana), un pequeño vaso de legumbres (mínimo 3 días por semana) y, de forma excepcional, carnes magras como pollo o pavo (unas 2 veces por semana).
– En la merienda es interesante apostar por un sándwich ligero con queso fresco, tomate y espinacas.
– Para la cena, se pueden realizar salteados de verduras, sopas de verduras y pollo, consomés, pescado a la plancha, hummus o guacamole.
Como podemos ver, los menús baratos son una posibilidad interesante que te permiten ahorrar en el día a día. No tienes por qué renunciar a la salud y a comer cada vez mejor y de manera más sostenible, al contrario de lo que se suele pensar, la comida sana es más barata que la procesada.